Viaje en moto a los Alpes
Te contamos nuestro viaje en moto a los Alpes, uno de los destinos principales para muchos moteros durante sus vacaciones.
Día 1: de Madrid a Pirineos
Comienza nuestro viaje en moto a los Alpes en 8 días y 7 noches en los que haremos cerca de 4,800 kilómetros. Nuestro primer día va a tener poca emoción en su primera parte. Iremos desde Madrid hasta Sabiñánigo por autopista para avanzar lo más rápido posible.
Una vez lleguemos a Sabiñánigo, nos acompañarán las curvas hasta prácticamente el final de la etapa. A destacar, por supuesto, el Cañón del Añisclo y también la bajada hasta Aragnouet, ya en Francia.
Una curiosidad de Francia. El uso de chaleco reflectante es obligatorio para los motoristas desde 2016. Nosotros lo olvidamos y no tuvimos ningún problema pero, creemos que es algo bastante importante a tener en cuenta.
Esta noche toca acampada libre.
Día 2: cruzamos Occitania y la Provenza
Comenzamos la segunda etapa temprano. Las 7 de la mañana va a ser la hora media de despegue durante estos días. El día de hoy tampoco va a ser el más emocionante: nos dedicamos a avanzar todo lo que podemos para acercarnos cuanto antes a los Alpes de Provenza.
Del camino destacamos la parada en Toulouse para disfrutar de su postal típica junto al río, la playa de Le Petit Travers y el tramo final de la etapa, en el que puedes disfrutar de los campos de lavanda de Valensole y de la carretera que va en paralelo a las vías del tren y al río Asse.
Hoy también toca acampada libre. Esta vez será la última.
Día 3: oficialmente estamos en los Alpes
A la tercera va la vencida y ya estamos en los Alpes. Empezamos la jornada 3 disfrutando del entorno del Lago de Castillon, bañado con aguas del río Verdon. Las carreteras van a ser entretenidas desde primera hora pero llegamos a otro nivel con la Garganta de Daluis, Gorges de Daluis en su idioma de origen. Esta carretera, repleta de curvas, miradores y túneles, es totalmente espectacular y 100% recomendable.
Tras disfrutar de esta maravilla, vamos a encadenar tres puertos bastante importantes como el Col de Valberg, Isola y el Col de la Lombarde, donde cruzamos a Italia. El paisaje es espectacular.
A continuación nos quedan unas horitas un poco más aburridas. No nos queda más remedio que tirar en linea recta para acercarnos al Lago di Como. En concreto, a Lecco.
Esta noche no se monta la tienda de campaña. Nos quedamos en el albergue Lecco Hostel & Rooms
Día 4: Passo dello Stelvio
Llega el cuarto día, al que tenemos muchísimas ganas: hoy cumplimos un sueño y vamos a visitar el Stelvio.
Al poco de empezar pasamos por Mandello del Lario y hacemos una breve visita a la fábrica de Moto Guzzi. Y tan breve. Hemos empezado demasiado pronto y no está abierta ni la fábrica ni el museo.
Al abandonar Mandello del Lario, se aprecia muchísimo mejor la inmensidad del Lago di Como. Conduciremos unos cuantos kilómetros por sus carreteras al borde del agua. Es sencillamente espectacular.
Seguimos hacia adelante buscando carreteras de montaña. Nuestro primer plato fuerte es el Passo di Gavia: un puerto bastante tranquilo, algo que viene muy bien ya que su calzada es bastante estrecha en algunos puntos. Las vistas son espectaculares.
Tras disfrutar el Passo di Gavia, llegamos al Passo dello Stelvio. Esta mítica carretera es una auténtica pasada. Al igual que pasaba con el Passo di Gavia, y con todos los pasos de montaña alpinos, la carretera y las vistas son espectaculares. En cuanto a la tranquilidad, la cosa cambia bastante. Hay que tener algo de cuidado con como toman las curvas algunos compañeros porque, entre la pendiente pronunciada y las innumerables horquillas, no es difícil que podamos tener algún sobresalto. A parte de todo esto, la visita al Stelvio debería ser obligatoria para todos, al menos una vez en la vida.
Nos despedimos de Italia, por el momento, con el Jaufen Pass y avanzamos hasta nuestro fin de ruta con los Dolomitas en el horizonte. Esta vez no nos entretendremos en esta zona, pero volveremos seguro.
Esta noche volvemos a la tienda de campaña. Nos quedamos, ya en Austria, en el camping Lindlerhof am See.
Día 5: Grossglockner
Comenzamos el día 5 casi a los pies del Grossglockner. El Grossglockner es un Parque Natural situado en torno a la montaña, con el mismo nombre, más alta de Austria (y segunda de los Alpes por detrás del Montblanc). Se trata de una carretera panorámica de 48 kilómetros, considerada de las más espectaculares de Europa. Merece la pena hacer la visita a pesar del peaje obligatorio que, para motos, tiene un coste de 33€.
Tras disfrutar del espectacular glaciar, vistas y curvas, no sin pena, abandonamos el Parque Natural.
Avanzamos con rapidez hacia el oeste de Austria, nuestro objetivo del día es llegar a Suiza. Por el camino nos encontraremos con el Valle del Ziller y sus entretenidas curvas previas, volveremos a Italia brevemente para visitar el campanario sumergido del Lago di Rèsia y poco después entraremos en Suiza (no os olvidéis de quitar los datos móviles, que no hay Roaming).
El Flüela Pass es nuestro primer puerto de montaña importante y, a pesar de no ser de los más conocidos, no defrauda en absoluto. Unos cuantos kilómetros después llegaremos a nuestro final de ruta, el camping Trin.
Día 6: El 9 de Andermatt
Antes de empezar con la ruta, vamos a comentar algunas curiosidades respecto a Suiza. A pesar de estar en el corazón de Europa, no forma parte de la UE y, por tanto, no servirán de nada nuestros euros. Aunque tampoco tendremos problema para pagar con nuestra tarjeta de crédito o débito (cuidado que algunos alojamientos, sobre todo campings, sólo aceptan dinero en efectivo). Tampoco tendremos servicio de roaming salvo que seamos de Vodafone, por lo que hay que andarse con cuidado para que no nos llegue un susto en forma de factura a la vuelta de nuestro viaje. Si vas a estar varios días por el país del chocolate, lo más recomendable es que consigas una tarjeta SIM. Hay muchos puntos de wifi gratuitos, por lo que también puede ser una opción ir buscando estos puntos. Nosotros estuvimos en Suiza nada más que un par de días y optamos por aceptar la amabilidad de los Burger Kings.
Otra de las curiosidades de Suiza es la viñeta (vignette). Es un impuesto anual obligatorio para poder circular por sus autopistas y su precio está en torno a los 45 euros. No es necesaria si nos movemos por carreteras secundarias, como ha sido en nuestro caso. La multa si te pillan sin ella en autopista es de unos 250 euros y para no tener un disgusto por algún despiste, lo importante es evitar los carteles de dirección de color verde, que son los que hacen referencia a la autobahn. Siempre carteles azules.
Ahora sí, llega uno de los puntos más fuertes del viaje, quizá la ruta más intensa y esperada, el 9 de Andermatt.
El día empezó bastante nublado y con alguna ligera precipitación. Nada grave hasta que llegamos a lo alto de nuestra primera cima, el Oberalp Pass. En este punto nos alcanzó una densa niebla, en compañía de una lluvia bastante desagradable, que no permitía la visión a más de 10 o 15 metros. Un desastre.
La niebla remitió en parte durante la subida al Grimsel Pass y, aunque se nos seguía negando la vista al espectacular paisaje, al menos podíamos ver la carretera.
A pesar de que sí pudimos hacer una parada en condiciones en el mítico Hotel Belvedere, con el Furka Pass tampoco tuvimos demasiada suerte y las nubes nos dieron guerra hasta casi el final de su descenso. Sí pudimos disfrutar en buenas condiciones del Gothard Pass y su vía Tremola adoquinada y del Passo della Novena (o Nufenenpass).
Tras el empacho de curvas, montañas y glaciares, avanzamos en paralelo al río Ródano hasta Monthey donde cogemos dirección Francia, a la que volvemos a través del Pas de Morgins. Nuestra idea principal era hacer noche en el camping de Châtel pero el termómetro marcaba 7 grados y nos lo pensáramos mejor. Demasiado duro para ser Agosto. Pasamos la noche en el Châtel Hostel.
Día 7: Col du Galibier y Provenza
Cumplimos una semana de viaje y nos despedimos de los Alpes con el Col du Galibier, uno de los puertos más típicos del Tour de Francia. Esto se nota en la gran cantidad de ciclistas que nos encontramos durante la ruta. Tanto la subida como la bajada son espectaculares y, al igual que en el Stelvio, encontraremos varios fotógrafos a lo largo del recorrido.
Abandonamos los Alpes y nos adentramos en la Provenza. Aunque en general la carretera nos ha sorprendido y ha sido bastante divertida, de este tramo destacamos las Gorges de la Méouge, el Col de l´Homme Mort y el entorno del Palacio de Javon.
Hoy volvemos a sacar la tienda y pasamos la noche en el camping Porte des Alpilles, cerca de Arlés.
Día 8: Vuelta a casa
Parecía que había sido ayer cuando salimos de casa para empezar este viaje en moto y nos plantamos en el último día casi sin darnos cuenta. Jornada muy larga y bastante infernal. Nos quedamos sin tiempo y no había más remedio que echar horas de autopista.
Lo más interesante de nuestra ruta, y con diferencia, es su parte central, en la que enlazamos las Gorges de Calamus con el Parque Natural de los Pirineos Catalanes. También nuestra parada en Puigcerdá, donde pudimos intercambiar impresiones con Omar, un compañero de Instagram (@oduran93) que nos hacía el relevo hacia los Alpes y al que mandamos un saludo.
Retomamos la marcha y llegamos a la Seu d’Urgell, se acabo la diversión, ahora toca echarle paciencia.
Ponemos fin a nuestro viaje en moto a los Alpes
Se acaba un viaje que nos hacía mucha ilusión. Casi 4.800 kilómetros en apenas 8 días.
Ha sido una paliza pero ha merecido muchísimo la pena. Viajar en moto siempre es una buena elección y, en especial, recomendamos a todo el mundo que vaya a los Alpes por lo menos alguna vez en su vida.
Nos hemos dejado algunas cosas pendientes, así que, con todo el dolor de nuestro corazón, nos tocará volver.
¡Nos vemos en las carreteras!